Señales de vida en Marte

Señales de vida en Marte

Para los científicos que buscan formas de vida extraterrestre, los cantos de sirena de Marte van in crescendo. Múltiples observaciones recientes realizadas por los exploradores en el planeta rojo podrían llevar la firma de microbios, un posible indicio de que la Tierra no es el único refugio para la vida en el sistema solar.

A principios de este mes se anunció un emocionante indicio: el rover Curiosity de la NASA observó una mezcla de isótopos de carbono en las rocas del cráter Gale que, de verse en la Tierra, sería considerado un signo de vida. El rover también ha sido testigo de oleadas aleatorias y estacionales de metano, un gas que en la Tierra se produce predominantemente de forma biológica.

A unos 3700 kilómetros de distancia, en el cráter Jezero, el rover Perseverance de la NASA ha detectado extraños revestimientos de color púrpura en las rocas del suelo del cráter. Estos revestimientos están muy extendidos y se asemejan a los barnices del desierto en la Tierra que crecen en presencia de microbios.

Sin embargo, por ahora los científicos no están en disposición de poder concluir que nuestro vecino bermellón estuvo habitado. Casi todos los atractivos indicios de biología podrían explicarse también por algún aspecto aún desconocido de la geología o la química de Marte: hay mucho que desconocemos sobre el funcionamiento del planeta, y cómo los fenómenos no vivos podrían hacerse pasar por huellas de vida.

«Se trata de un mundo extraterrestre que estamos observando, así que quién sabe lo que todavía ni se nos ha ocurrido», afirma la científica adjunta del proyecto Curiosity, Abigail Fraeman, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Los científicos afirman que el siguiente paso en la búsqueda de vida en Marte es traer trozos del planeta a los laboratorios de la Tierra, donde los instrumentos más punteros disponibles pueden buscar respuestas a una de las preguntas más antiguas de la humanidad. El explorador Perseverance ya está recogiendo la primera serie de muestras, que podrían contener pruebas de que hubo microorganismos que vivieron en el cráter Jezero hace miles de millones de años.

Sea cual sea la respuesta, nos dirá algo profundo sobre los orígenes de la vida en nuestro propio planeta.

«Gran parte de la historia antigua [de los dos planetas] es similar, y es muy intrigante que en nuestra evolución planetaria, esas vías hayan divergido tanto», dice la astrobióloga Amy Williams, de la Universidad de Florida (Estados Unidos). «Si no hay vida en Marte, ¿por qué no la hay? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no iba de haberla? Y si se afianzó, ¿qué pasó con ella?».

¿Hay vida en Marte?

En nuestras fantasías, Marte ha estado casi siempre habitado, si no por extraterrestres, al menos por nuestros futuros yoes. Pero las observaciones de las naves espaciales han desechado rápidamente los sueños de civilizaciones avanzadas, vegetación estacional o incluso de los vegetarianos gelatinosos y benignos que describió la imaginación de Carl Sagan.

«No tenemos nada que brille, no tenemos nada que diga hola, no teníamos pistolas de rayos esperándonos cuando aterrizamos allí», dice Andrew Steele, del Instituto Carnegie para la Ciencia.

Las imágenes desde la órbita y los experimentos realizados en los años 1970 por las sondas Viking de la NASA en la superficie del planeta dejaron claro que Marte no era un mundo inundado de vida fácilmente detectable. «Eso hizo que la investigación sobre Marte se viera afectada durante mucho tiempo», afirma Steele.

En 1996, los científicos anunciaron que un meteorito marciano recuperado en la región de Allan Hills, en la Antártida, parecía contener microfósiles, es decir, pequeños indicios mineralizados con forma de gusano de que la vida se había arrastrado por la superficie del planeta hace unos 4100 millones de años. Estas observaciones fueron ambiguas y muy controvertidas, y provocaron debates que aún persisten. Pero había un lado positivo.

«La controversia sobre Allan Hills ha impulsado gran parte del campo de la astrobiología», afirma la astrobióloga Kennda Lynch, del Instituto Lunar y Planetario. «Me siento muy agradecida a esa roca, porque nos ha hecho pensar realmente en lo que sabemos sobre la vida».

En Geotecnia Alperi S.L. , además de los estudios geotécnicos y geológicos ,que realizamos principalmente en Bizkaia, Asturias y Cantabria ; nos interesan las diferentes disciplinas que están relacionadas con la historia y el estudio de la Tierra y el nuestro propio.

Fuente documental:
https://www.nationalgeographic.es/espacio/2022/02/por-que-las-senales-de-vida-en-marte-siguen-siendo-tan-misteriosas

 

Compartir:

Anterior

Siguiente